jueves, 5 de julio de 2012

5 de Julio.

Después de estar observando los principales canales noticiosos de la re-pública mexicana (TeleFormula, Milenio, Televisa y CNN) me encontré un discurso que de objetivo, no tiene nada. El manejo de los titulares y las posturas de los analistas se inclinan a favor de la desaprobación de la tesis en el proceso de impugnación del bloque progresista: el exceso del presupuesto electoral y el análisis de los recursos distribuidos con el fin de comprar votos y de garantizar el sufragio para un solo partido, está demás mencionar cual. El hecho de comprobar un gasto elevado demuestra que la fuerza política de este partido reside en la mentira, en las alianzas por debajo de la mesa y en la explotación de las necesidades del pueblo, apelando al beneficio inmediato a cambio de un voto que afectaría de manera negativa el desarrollo de una política social nacional.

El levantamiento de los inconformes, además de enfrentarse con el poder que resguardan las empresas con intereses en dominar el mercado arropados por la protección del antiguo régimen, tiene que encarar a una población conservadora, sin interés alguno en el cambio. La movilización ciudadana tiene la obligación de seducir al pueblo, de evitar consagrarse como una molestia a la ciudadanía, como una masa amorfa de personajes sin rumbo aparente. El resto de la población se mantiene escéptica y hasta rechaza la movilización, pero también existen los individuos nobles y pasivos que aun no se han atrevido a levantarse del sillón. 

Es ahí donde entra el arte y la capacidad de la juventud de hacer bien las cosas cuando se lo propone, la población en general tiene que ser conquistada por la propuesta creativa en las distintas manifestaciones de repudio a la dictadura perfecta.El movimiento tiene que ser el lugar dónde la creatividad revolucionaria cobije el deseo de cambio de las personas, dónde las ideas encuentren refugio. Solo hay una cuestión que nunca se debe soltar, el respeto a la civilidad y al espacio público; por lo menos por ahora.

Es necesario, ahora más que nunca, respetar y ser creativo para así cumplir la meta impuesta de las distintas manifestaciones pacificas que surgen a partir de la decisión del IFE, no caer en provocaciones (internas y externas). Demostrar que los que queremos una nueva nación somos más que jóvenes rebeldes, debemos constituiros como una generación inteligente y vanguardistas.Es nuestro deber colectivo convertirnos en los artistas del cambio, de la revolución de esta generación.

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