3 de Julio, frente al monitor.

Si acaso la revolución pacifista que tanto claman los activistas conservadores, juristas y letrados muestra un proceso vanguardista, real y pro-positivo. Si acaso las acciones de choque muestran que los de arriba levanten la ceja y que a través de una red de comunicación que rebase las redes sociales, se logre la construcción de una conciencia colectiva casi nacional. Si la creatividad del pueblo llega a su clímax, si llega a la explotación de su ingenio hasta llegar a ser el medio por el cual se hizo posible que los ciegos vean y los poderosos tiemblen, entonces creo que, como dice mi hermano,las letras de Mexico pueden aparecer en verdad con mayúscula.

Me gusta pensar que sólo es necesaria la intervención del arte, la creatividad, la verdad y la movilización social organizada la que facilite la transición al régimen popular y democrático, que el espíritu de libertad es el alimento que el pueblo necesita, que es mayoría los que buscan justicia y erradicar la corrupción, que es el sueño de libertad y las ganas de luchar lo que caracterice los matices del pueblo, que la revolución hable en mexicano y que se vista de realidad.

Me gusta ver la gente en las calles, en el escenario social; exigiendo equilibrio en la repartición, en desbancar al tirano mentiroso, en no aceptar la imposición de cualquier marioneta neo-liberal y sobre todo que se sientan listos de cambiar, de evolucionar. Me fascinaría ver como cada día que pasa, la revolución y la estructura de acción toma fuerza, que sea reconocida que la prensa internacional hable de ella, no por el echo de existir, sino por el mérito de trascender.

Habrá que empezar a pensar en dividir la fuerza, los carpinteros a la madera, los diseñadores a los monitores, los escritores, los actores, los meseros,los maestros, las prostitutas, los cholos, abogados, sociólogos, filósofos y antropólogos. Todos tenemos que tomar una postura en favor al cambio y reflejarlo. Los que puedan sostener un megáfono, que lo hagan, los que paran el tráfico, también. En fin se convoca a todos aquellos defienden una causa libertaria. De los millones que dicen que somos. Desde la letras hasta los sonidos, al modo de todos y con matiz del resto, con los colores del otro. No es por un partido, es por la libertad. Necesitamos creer que el poder reside en nosotros.