martes, 20 de diciembre de 2011

Todo comenzó con una batalla.

Una batalla,la adolescencia es un etapa en posición de ataque permanente; el entorno se nos presenta ante nosotros con toda su variedad de formas. La multiplicidad de opciones de identidad a los que no nos podemos resistir, se encuentran acechadas por nuestra prisa de construirnos a nosotros mismo. Es en esta etapa donde puede gestarse un espíritu revolucionario, una etapa embrionaria de disidencia, de un ser hambriento de justicia y una sed insaciable conocimiento, que con el paso del tiempo se convertirá en sabiduría si continuamos con un proceso de mantenimiento y alimento de una conciencia equilibrada sobre nosotros mismos y (a veces pensamos que)  nuestro entorno. Es en esta etapa donde tenemos la opción de ser competentes, de abrir los ojos, sin embargo la posibilidad de materializarse en un ente vacío, construido sobre una serie de  fundamentos egocéntricos, no se puede descartar. Partiendo de esta premisa y como producto de un examen somero de la mayoría de la juventud al interior de los parámetros de una parte considerable de nuestra sociedad se encuentra sometida.  La juventud puede llegar a considerarse como una una de las etapas con mayor libertad de todo el proceso de vida de cada unos de nuestros herman@s.Es en esta etapa donde nos podemos enamorar de nuestro espíritu libre, donde podemos desarrollarnos con toda nuestra energía, donde el tiempo es tan nuestro y todo es nuevo y explorable. La experiencia es como una inyección de anestesia, concentra nuestra percepción en una realidad en asenso y llegando al terno estado de clímax inconcluso.Pero la libertad se pierde o se transforma en solo un personaje de fantasía, en un brisa evaporada, en solo una constelación eclipsada; tomando la forma de una infinidad de moldes sociales se nos priva ella. Pero es gracias a esta batalla, a esta campaña inicial de reconocimiento que tuve la oportunidad de conocer un puñado de seres que disfrazan la lucha,pero esta noche me di la libertad de recordar a un compañero y amigo y con estas letras confirmo el compromiso con la libertad que ambos juramos.


Sin editar ni revisar, Gracias Sera F.

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